13 set. 2008

El Origen de los Dichos

Ayer en la noche me encontraba rebuscando algunos libros para mis clases y de repente, de la nada, surgió una pregunta en mi cabeza que se mantuvo dando vueltas durante todo el día siguiente: ¿por qué uso frases populares sin saber de dónde vienen? Bueno, desafortunadamente no pude responder dicha pregunta, pero al menos me propuse a saber de dónde vienen.


Dormirse en los Laureles



En Roma, cuando se coronaba a un general, pretor o cónsul tras una victoria se le festejaba un Triunfo. Como símbolo de gloria se le colocaban guirnaldas de laureles. Sin embargo, éstos debían agachar levemente su cabeza, por lo que daba la impresión de estar descansando sobre los laureles de la gloria.


Salvarse por un pelo



Este dicho viene porque en la antigüedad los marineros cuando caían al agua generalmente eran agarrados y subidos de los pelos. Por esta razón solían dejarse el cabello lo más largo posible, el cual, al hundirse el cuerpo, quedaba flotando y era un excelente punto de agarre.


Me lo contó un pajarito



En Grecia y Roma, sobretodo en la última, se creía que los pájaros, al ser dueños del vuelo, poseían características magnificas de percepción. Como con el tiempo comenzaron a ver que ante una tormenta severa las aves eran las primeras en evacuar la región, los romanos, las designaron como portadoras del saber futuro. De hecho el rito de los Augurios, donde se intentaba predecir el futuro, se basaba en observar el volar de los pájaros -al igual que lo hicieran Rómulo y Remo esperando ver 12 pájaros para fundar Roma-. De Aquí viene que el dicho “me lo contó un pajarito” signifique que nos enteramos de algo “misteriosamente”.


Tirar la casa por la ventana



En el siglo 19, cuando alguien ganaba la Lotería Nacional de España se estilaba a que los amigos y familiares del afortunado fueran a su casa y, literalmente, arrojaran todas sus posesiones por la ventana. Esto en señal de la nueva vida de dicha persona.


Por h o por b



Las letras h y b son las que más problemas traen a los niños durante su etapa escolar. Es muy normal que siempre, al escribir un dictado de la maestra, los chicos fallen en las palabras que llevan una h o una b. Por esta razón decir “por h o por b” significa haber errado por tal o cual cosa, sin querer dar muchas explicaciones.


No saber ni J



La J es una letra que viene del idioma Hebreo. Como en su forma escrita la J -que es la letra más chica de todas- forma parte de la estructura escrita del resto de las letras, “No saber ni J” significa no saber nada.


Marcharse a la Francesa



Haciendo porte de histórica mala educación , en Francia, durante el siglo XVIII se comenzó a estilar marcharse de una reunión o de la mesa sin saludar, ni siquiera hacer el menor gesto de cortesía. Con el tiempo esta práctica se generalizó tanto que marcharse saludando comenzó, irónicamente, a convertirse en algo señal de mala educación.


Vérselas negra



Cuando se ocupaba un cargo público en la Grecia pre-edad Dorada los ciudadanos debían recurrir a un llamativo sistema de elección al azar. Metían la mano en una bolsa y sacaban de ella un pedazo pintado de madera: la mayoría de los pedazos eran negros mientras que algunos, los que representaban ser elegido, eran blancos. De aquí viene el dicho.


Brillar por su ausencia



En los funerales Romanos se solía exhibir las efigies de los antepasados como señal del linaje. Durante la honra fúnebre a Junia -la cual era familiar de dos de los conspiradores que asesinaron a César: Casio y Bruto- las efigies de estos dos asesinos no estaban presentes haciendo gala por su ausencia, algo que los concurrentes notarían rápidamente y sería el tema reinante entre los murmuros y chimentos del funeral. Utilizando esto como referencia en uno de sus trabajos, el poeta André de Chenier pondría esta frase de moda más de mil años y unos cuantos siglos después.


Empezar con el pie derecho



En los rituales paganos, al subir el altar era norma dar el primer paso largo y con la pierna derecha. Esto significaba un buen augurio y marcaba que los Dioses estarían a favor de los concurrentes.


Poner las manos en el fuego



En los antiguos pueblos paganos de la Germania existía la costumbre de realizar juicios ante los Dioses cuando surgía un litigio entre dos personas. Una de las formas más comunes de ver si ésta persona estaba siendo sincera era ponerle un fierro caliente en sus manos, o alguna otra parte del cuerpo. Si la persona salía corriendo significaba ser culpable.





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Soundtrack...

"This Calling" - All That Remains

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